La conocida históricamente como ruta de los túneles y los puentes de La Fregeneda es desde 2021 el Camino de Hierro. Llamado a ser uno de los itinerarios senderistas más espectaculares de Europa, la antigua vía férrea entre la localidad salmantina y la portuguesa de Barca d’Alva se adentra en abrupto paisaje de las Arribes del Duero gracias a 20 túneles y 10 puentes. 17 kilómetros de apasionante recorrido que hará las delicias de los amantes de las experiencias inolvidables en la naturaleza
Es quizás el último tren de las Arribes del Duero. El que transporte a esta inigualable comarca hacía la promoción y la difusión que necesita. El Camino de Hierro es la guinda a un pastel repleto de miradores, cascadas, pueblos con encanto y rutas que se asoman al formidable cañón del río Duero y sus afluentes. Somos muchos los que creemos firmemente en un proyecto que, con cariño y difusión, puede traer muchas alegrías a una tierra ávida de ellas. A muchos salmantinos nos ha fascinando desde siempre este trazado de 17 kilómetros que penetra en el escarpado paisaje que une y separa España y Portugal. Una obra de ingeniería sublime que, desde su cierre al tráfico ferroviario en 1985 ha resistido estoica esperando una segunda oportunidad. Al fin ha llegado para disfrute de los que gozamos con las rutas por la naturaleza. Pero el Camino de Hierro no es una más. Está llamada a ser una de las más espectaculares de Europa y en este post vas a comprender la razón.

Reseña histórica de la línea férrea La Fregeneda-Barca d’Alva
Antes de explicar cómo hacer el Camino de Hierro es fundamental hacer un poco de historia (es muy recomendable para ello ver este documental dirigido por Eduardo Margareto y titulado “Cielo, agua, tierra y metal. La vía férrea de La Fregeneda”). No tiene sentido comenzar a caminar sobre las traviesas y no conocer de dónde viene todo esto. Cómo el ser humano fue capaz de desafiar a una orografía casi infranqueable para construir uno de los trazados ferroviarios más singulares de todo el mundo. Es como realizar la ruta del Cares sin pararse a pensar qué llevó a moldear la roca para hacer esta senda.
Curiosamente el germen de esta línea férrea hay que buscarlo al otro lado de la frontera. Portugal dio el primer paso para construir un itinerario que enlazara Oporto con España a través del valle del Duero. El objetivo era dotar a la región de un transporte más rápido y eficaz que el barco para transportar los vinos y otros productos que se elaboran en la zona. Nació la Linha do Douro, que actualmente sigue en funcionamiento entre la estación de Pocinho y Oporto. Un viaje apasionante que nosotros realizamos entre Pocinho y Regua tal y como te contamos en este post.
En agosto de 1883 comenzaron las obras en la parte salmantina después de varios dimes y diretes y la negativa de algunos municipios a que el tren pasara por su territorio. Entre los nombres propios que creyeron firmemente en este proyecto hay que destacar a uno por encima de todos, el del portugués Ricardo Jaime Pinto da Costa. Tan fue su implicación, que el rey Alfonso XIII le concedió el título de Conde de Lumbrales y todavía hoy se puede visitar en esta localidad la casa donde residió.

Solo cuatro años fueron suficientes para completar la línea en el lado español. Un trabajo inhumano que se cobró decenas de vidas. Sería injusto hablar del Camino de Hierro y no recordar a esos trabajadores que perecieron por accidentes laborales y por todo tipo de enfermedades mientras levantaban una obra de ingeniería grandiosa y formidable. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento y ojalá que se les rinda el homenaje que merecen.
El 9 de diciembre de 1887 tuvo lugar la inauguración oficial de la línea, sin la presencia de la regente María Cristina como inicialmente estaba previsto. Una locomotora salió de Portugal y la otra de Salamanca y ambas se encontraron en el majestuoso puente internacional que hoy pone la guinda al recorrido por el Camino de Hierro.

Viajeros y mercancías empezaron a ocupar los trenes que a diario circulaban por el trazado, hasta que a partir de los años 60 la demanda fue bajando y los convoyes, vaciándose. Fue el principio del fin. Renfe comenzó a convertir algunas estaciones en apeaderos y las frecuencias disminuyeron. Portugal seguía siendo su principal defensora, mientras España ha había abandonado a su suerte. Finalmente el 1 de enero de 1985 se confirmó su defunción. Hubo algunas iniciativas para su reapertura, pero ninguna cuajó. En 1999 fue declarada Bien de Interés Cultural y, aunque lo ideal hubiera sido que un tren turístico circulara por sus túneles y puentes, al menos la iniciativa del Camino de Hierro le otorga una nueva vida que esperemos que sea larga y próspera.
Durante este tiempo de silencio y espera, un grupo de hombres y mujeres realizó una labor callada pero fundamental para que la infraestructura no muriera entre el olvido y el abandono. Se trata de Tod@vía, la Asociación de Frontera por una Vía Sostenible. Su trabajo rehabilitando puentes, reparando las traviesas y eliminando la maleza ha sido clave para que hoy el sueño se haya convertido en realidad.
Cómo hacer el Camino de Hierro. Información práctica e itinerario
Inspirándose en la gestión que se realiza en el popular Caminito del Rey de Málaga, la Diputación de Salamanca, responsable del Camino de Hierro, encargó a una empresa su explotación y mantenimiento. Por este motivo hablamos de un itinerario que requiere una reserva previa y el pago de una entrada a un precio simbólico ya que incluye chaleco, linterna y el transporte de vuelta desde el final de la ruta hasta la estación de La Fregeneda, punto de partida. Aquí vas a encontrar toda la información sobre cómo hacer el Camino de Hierro y en qué consiste.
Cómo llegar a la estación de La Fregeneda
El mayor hándicap que tiene el Camino de Hierro es su lejanía de la capital charra (no te pierdas nuestro post con todo lo que ver en Salamanca en dos y tres días). Una hora y media en coche separan el centro de Salamanca de la antigua estación de Valdenoguera. Para ello hay que tomar la carretera CL-517 y desviarse a la derecha poco antes de llegar a La Fregeneda. Es una vía con buen firme, pero que atraviesa hasta nueve localidades salmantinas.
Los que no dispongan de coche y quieran desplazarse en autobús, la empresa El Pilar tiene conexiones diarias entre Salamanca y La Fregeneda con paradas en una veintena de pueblos. El problema en este caso es el desplazamiento entre la localidad arribereña y la estación de Valdenoguera, ya que ambas están separadas por 3,5 kilómetros.
¿Dónde comprar las entradas del Camino de Hierro y cuál es su precio?
Para hacer el Camino de Hierro es fundamental hacer una reserva previa a través de su web oficial. Es la única forma de adquirir las entradas, ya que la taquilla de la estación solo funcionará como control de acceso y no como punto de venta.
PRECIOS
Tarifa normal: 5 euros
Tarifa reducida (estudiantes, jubilados, familias numerosas y grupos de escolares): 4 euros
Tarifa vecinos de Hinojosa de Duero y La Fregeneda: 2,50 euros
La entrada incluye un chaleco reflectante y una linterna para caminar con seguridad y visibilidad por los túneles. También el servicio de transporte en lanzadera desde el final de la ruta hasta la estación de La Fregeneda. Asimismo, todos los senderistas están cubiertos con un seguro de responsabilidad civil y de accidentes.
Los niños menores de 8 años solo podrán hacer la ruta reducida de 8 kilómetros. Está prohibida la entrada de mascotas y es aconsejable llegar a la estación con al menos treinta minutos de antelación con respecto a la hora reservada.
HORARIOS
Del 15 de octubre al 31 de marzo.
De 9:00 a 10:00 horas. Las 16:30 horas será el límite para acabar la ruta
Del 1 de abril al 14 de octubre.
De 7:30 a 8:30 horas. Las 15:00 horas será el límite para finalizar la ruta.
Se cerrará todos los lunes por mantenimiento, los días 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero y todo el mes de agosto

¿Cuál es la mejor época para hacer el Camino de Hierro?
Las Arribes del Duero cuentan con un clima mediterráneo que deja inviernos suaves y veranos muy cálidos. Es por ello que en los meses estivales no es recomendable hacer el Camino de Hierro ya que hay puntos como los puentes donde no hay posibilidad de guarecerse del sol y las temperaturas pueden alcanzar perfectamente los 40 grados. El resto del año y, siempre que las condiciones climáticas acompañen, se puede hacer la ruta sin ningún tipo de problemas. El inicio de la primavera con la floración del almendro en La Fregeneda es sin duda el momento perfecto, pero también en otoño gracias a los colores que nos regalan los paisajes de las Arribes del Duero.

¿Dónde alojarse cerca del Camino de Hierro?
El Camino de Hierro puede formar parte de uno de los muchos planes que hacer en Arribes del Duero. Una buena opción por tanto es alojarse en la zona para descubrir las cascadas, miradores y rutas que ofrece el parque natural en su vertiente salmantina. Uno de los mejores alojamientos de la zona es la posada real Quinta de la Concepción, en Hinojosa de Duero. Está ubicada en un paraje de ensueño con vistas al río Duero. Además cuenta con dos piscinas y pistas de pádel. Está a 25 minutos en coche del inicio del Camino de Hierro.
Ya en La Fregeneda destaca la casa rural El Cubano con capacidad máxima de cinco personas y dos niños. Las casas rurales del poblado de Aldeaduero, junto a la presa de Saucelle, y el hotel rural Mesa del Conde en San Felices de los Gallegos, son otras de las opciones para alojarse cerca del Camino de Hierro.
A poco más de veinte minutos de la estación de La Fregeneda se encuentra la pequeña y desconocida localidad de Ahigal de los Aceiteros donde se enclava la coqueta Posada de los Aceiteros. Otro alojamiento muy interesante que además tuvimos la oportunidad de visitar gracias a una sorprendente experiencia de oleoturismo.
Así es el Camino de Hierro. La ruta de los 20 túneles y los 10 puentes de La Fregeneda
Durante las décadas que pasaron desde la clausura de la vía férrea entre La Fregeneda y Barca d’Alva hasta la reapertura como el Camino de Hierro, fueron muchas las personas que se aventuraban a hacer esta ruta no exenta de riesgos. El peligro se encontraba en los puentes, cuyas pasarelas de madera se encontraban deterioradas por el paso del tiempo y podían jugar una mala pasada. Precisamente el mayor trabajo de adecuación se ha centrado en los viaductos, donde se han colocado tablones que permiten un paso seguro tanto por los laterales como por el centro. El Camino de Hierro es hoy una ruta segura y recomendable para todos aquellos que no padezcan de vértigo y estén acostumbrados a caminar.
La estación de Valdenoguera en La Fregeneda es el punto de partida (descargar aquí el mapa de la ruta). Junto al decrépito edificio de 1887 que estaba provisto de aduana, se encuentra un vagón de mercancías de 1966 que recibe al visitante y donde se realiza el control de entrada.

El Camino de Hierro no deja lugar para aperitivos o aclimatación. Desde el minuto una hay emociones fuertes. La primera, el túnel más largo de todo el itinerario al que se accede nada más salir de la estación. Kilómetro y medio de absoluta oscuridad donde no se atisba el final. La iluminación de las linternas nos guiará por el denominado túnel de la Carretera, llamado así porque pasa por debajo de la vía que une Salamanca con La Fregeneda. En este como en el resto de túneles, es aconsejable caminar por el balasto, y no por los extremos. Es fundamental hacerlo con precaución para no resbalar a causa de la humedad e ir disfrutando de esta noche cerrada donde el silencio es absoluto.

Una vez que se hace la luz, nos espera el pequeño puente Pingallo (11 metros) y el túnel de Las Majadas (33 m.). En este primer tramo la línea desciende en dirección al Águeda, para posteriormente avanzar el paralelo al río hasta su desembocadura en el Duero en Vega Terrón.
El túnel número 3, denominado del Morgado (423 m.), es el más especial de todos. Es el hogar de una colonia de 12.000 murciélagos, una de las más numerosas de toda la península ibérica. Una joya medioambiental que hay que respetar y preservar. Por este motivo, al principio del verano cuando se produce la cría, el túnel permanece cerrado y los caminantes deberán utilizar un sendero paralelo que se ha habilitado para este fin. Se trata además de un túnel en curva que hace que la vía férrea se enfile en dirección a Portugal sin perder ya de vista el curso del río Águeda.

Después vienen en apenas un kilómetro y sin solución de continuidad el puente del Morgado (105m.), el túnel del Poyo Rubio (84 m.) y el puente del mismo nombre (113 m.). A esta concatenación de luz y oscuridad que se convierte en la auténtica salsa del Camino de Hierro, se le unen las vistas. El río Águeda avanza pausado hacia su muerte dejando en la parte portuguesa unas riberas perfectamente cultivadas con olivares, vides y cítricos. Detrás de esos campos lograremos atisbar la localidad de Escalhão, freguesia de Figueira de Castelo Rodrigo, famosa por su bella iglesia y sus excepcionales naranjas.

La luminosidad de las Arribes dejara paso de nuevo a la oscuridad de dos túneles prácticamente unidos, el de la Belleza (76 m.) y el del Poyo Valiente (358 m.). Con este último nombre también está bautizado el siguiente puente, el número 4 (138 m.) que tiene la particularidad de estar en curva. Una de las genialidades de la ruta.
En los próximos tres kilómetros nos encontraremos con nada más y nada menos que seis pequeños túneles. El del Pico (46 m.), Cega Verde (86 m.), Martín Gago (62 m.), La Cortina (78 m.), Cega Viña (94 m.) y Los Llanos (149 m.).

Esta sucesión de túneles significa el ecuador de la ruta. De esta manera se llega a uno de los platos fuertes del Camino de Hierro. Con sus 140 metros, el puente sobre el arroyo del Lugar es el más largo de toda la ruta si exceptuamos el último, el Internacional sobre el río Águeda que une España y Portugal. El paso por este puente y por el siguiente de los Poyos son sin duda los momentos álgidos del itinerario. El caminante se siente como un funambulista que tiene ante sus ojos un verdadero espectáculo natural salvado gracias a una obra maestra de la ingeniería. Son puentes además de una belleza extraordinaria construidos en metal y que bebieron de la escuela de Eiffel.

Tres túneles nos esperan en el próximo kilómetro: del Lugar (127 m.), de la Barca (135 m.) y de los Poyos (37 m.). Son la antesala del espectacular puente de los Poyos (135 m.), el encargado de salvar el desnivel más pronunciado de toda la ruta. Un puente majestuoso desde el que están grabadas algunas de las imágenes del vídeo sobre las Arribes del Duero que acompaña a este post.

Tras este puente nos espera otro de esos túneles donde no se vislumbra el final, el de la Porrera (330 m.). Después llegan el puente sobre el arroyo de Los Riscos (71 m.) y los túneles de Los Riscos (200 m.) y del Gazaro (72 m.). Entre ellos caminaremos por las traviesas o los senderos habilitados en paralelo entre rocas de pizarra, chumberas, alcornoques y, de vez en cuando, con las vistas del Águeda y Portugal a nuestra izquierda.

El último gran puente antes del Internacional será el de las Almas (73 m.). Nos vamos acercando al final no sin antes pasar por dos túneles más, el de las Almas (73 m.) y el del Muelle (239 m). El pequeño puente del Embarcadero, que pasa por encima de la carretera que conduce a Vega Terrón, pondrá el colofón antes de afrontar el puente Internacional sobre el río Águeda y visitar a nuestros hermanos portugueses en Barca d’Alva.

El muelle fluvial de Vega Terrón, que cuenta con una cafetería y desde donde parten algunos cruceros por el Duero, será el punto donde tomar la lanzadera que nos devuelva a la estación de La Fregeneda.

Consejos prácticos para hacer el Camino de Hierro
No hay que tomárselo a broma. Es una ruta exigente de 17 kilómetros por la que se camina más lento que si fuésemos por una senda (calcular unas 6 horas de duración). Las traviesas obligan a realizar pasos más cortos, especialmente en los túneles. Requiere de un buen estado físico y de un hábito de caminar.
El Camino de Hierro nos llevará toda la jornada, es fundamental llevar abundante agua y comida. Existen espacios habilitados para merendar junto a la ruta.
Si se acude al final de la primavera, a principios del otoño y, sobre todo en verano, las temperaturas pueden ser elevadas y el sol, muy traicionero. Hay que prepararse con protección solar y gorra. Los túneles serán un bálsamo en los días de calor, pero fuera de ellos no ha que subestimar a la climatología arribereña.
Es recomendable ir equipado con calzado adecuado, preferiblemente botas o zapatillas de senderismo, y ropa cómoda.
En los túneles hay que tener precaución si hay humedad al pisar las traviesas. Al estar mojadas se convierten en resbaladizas. Por este motivo es mejor andar sobre el balasto, las piedras sobre las que se asienta la vía. No es recomendable caminar por los extremos del túnel ya que el firme es más irregular. En el túnel número 3, el hogar de la colonia de murciélagos que antes mencionábamos, no hay que tener ningún miedo. Estos mamíferos son inofensivos. Solo hay que disfrutar de su presencia y evitar perturbarles.

Otras rutas que hacer en La Fregeneda
Los que pasen varios días por la zona y se queden con ganas de más después de hacer el Camino de Hierro, tienen varias opciones interesantes. Una es la Senda del Duero en su etapa entre La Fregeneda y Vega Terrón. 9 kilómetros lineales que se adentran en los campos de almendros y olivos que pueblan el entorno de la localidad. Antes de descender al muelle, merece la pena detenerse ante la quinta Valicobo, el hogar del torero Ricardo Ruiz ‘El Temerario’ y un lugar privilegiado con unas vistas excepcionales al Duero y a Portugal.

Otra ruta muy corta y atractiva es la que parte de La Fregeneda y llega hasta el mirador del Tubo de la Caldera (4 kilómetros ida y vuelta). Se conoce como la Senda del Río y desde este mirador equipado con merendero se goza de una panorámica formidable del puente del Lugar que forma parte del Camino del Hierro. Además, durante el camino veremos los campos de almendros que, en la época de la floración, son un verdadero espectáculo.

La Fregeneda cuenta con otro mirador muy interesante, uno de los mejores de las Arribes del Duero. Su nombre es Mafeito. Una pista en buen estado que parte a la derecha poco después de salir de La Fregeneda en dirección a Vega Terrón nos lleva hasta esta atalaya desde la que apreciar el curso del Duero y la vecina Portugal.